A mediados de la Era Terciaria (período mioceno), se desecó esta parte periférica del Valle del Ebro, depositándose así tierras areniscas arcillo-calcáreas, que han formado la composición del suelo.
El río Ebro y sus afluentes, han ido excavando estas areniscas y moldeando la zona, dejándola marcada con profundos barrancos y colinas, que determinan su peculiar paisaje cubierto de viñedos.
Su situación geográfica, climatológica y la composición de sus suelos, hacen que sea conocida por la riqueza y calidad de sus vinos.